Imagina una isla con forma de mariposa, cuyas delicadas alas se extienden sobre el lienzo zafiro del mar Egeo. Así es Astipalea, un destino cautivador que combina con gracia el encanto arquitectónico de las Cícladas con la serenidad del Dodecaneso. Como el puesto más occidental del archipiélago del Dodecaneso, Astypalea ofrece una experiencia única: un refugio tranquilo donde pueblos encalados se aferran a laderas que dominan aguas cristalinas.
Esta isla encantadora promete un viaje en el tiempo, un festín visual de paisajes impresionantes y una inmersión en la auténtica cultura griega, lejos de las multitudes de las islas más conocidas.

La historia de Astipalea está tejida con hilos de mitología y siglos de historia. La leyenda cuenta que Astipalea, hija de Fénico, cautivó al dios del mar Poseidón, quien dio su nombre a la isla. Los primeros colonos, los carios de Asia Menor, la llamaron «Pyra», en alusión al tono rojizo de su tierra.
Los minoicos también dejaron su huella, y la isla prosperó, ganándose el poético apodo de «La mesa de los dioses» por la abundancia de frutas y flores aromáticas. Su ubicación estratégica la convirtió en una importante base naval durante las épocas helenística y romana, siendo clave para Egipto y Roma en su lucha contra los piratas del Mediterráneo. Tan valorada fue que Roma le otorgó el estatus de estado libre.
Durante la Edad Media, los venecianos, que la llamaron Stampalia, dejaron una huella imborrable, especialmente la familia noble Querini. Giovanni Querini construyó en el siglo XIII el Castillo Veneciano (Kastro Veneziano), que aún domina el perfil de Jora, la capital. Los Querini incluso adoptaron el nombre de la isla en su linaje: Querini Stampalia. Gobernaron por casi 300 años, aunque hubo interrupciones bizantinas y otomanas.
Astipalea participó en la Guerra de Independencia griega en el siglo XIX, pero no se unió al Estado griego hasta 1948. Italia la ocupó durante la guerra ítalo-turca en 1912, y más tarde fue ocupada brevemente por Alemania antes de integrarse finalmente en Grecia.
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Vista desde arriba, Astypalea parece una mariposa: dos masas de tierra unidas por un estrecho istmo llamado Steno. Mesa Nisi, el «isla interior», alberga la capital Chora y el puerto principal, mientras que Exo Nisi, el «isla exterior», ofrece un paisaje más salvaje y despoblado.
La costa combina playas doradas, acantilados rocosos y bahías protegidas. Aunque montañosa, su paisaje evoca más las Cícladas que otras islas del Dodecaneso. Pequeños islotes deshabitados rodean sus aguas, esperando ser explorados.

Aunque pertenece al Dodecaneso, Astypalea tiene arquitectura claramente cicládica: casas cúbicas encaladas, puertas y ventanas azules, callejuelas estrechas. Esta mezcla se debe a lazos históricos y culturales con las Cícladas. La ocupación italiana también dejó huellas: edificios como el ayuntamiento y la iglesia de Panagia Portaitissa muestran influencia italiana.
Las tradiciones están muy vivas, como el elaborado tocado femenino llamado «kavadi». Festivales como «En Astypalea por el Arte y la Cultura» o el animado «Maxoulia» celebran el alma artística de la isla. Incluso las bodas tradicionales son una muestra vibrante del folclore local.
Tesoros por descubrir: lugares imperdibles
- Jora: Capital pintoresca con casas encaladas y balcones de buganvilla, estrechas callejuelas y una plaza central animada. Aquí se encuentran los ocho molinos de viento icónicos y un castillo veneciano.
- Castillo Veneciano: Construido entre los siglos XIII y XV por la familia Querini sobre la acrópolis antigua. Aún se conservan sus muros, iglesias como Panagia Kastrou (1853) y Agios Georgios (1790).
- Molinos de viento: Ocho estructuras tradicionales, algunas restauradas como centro turístico o de exposiciones.
- Iglesias y espacios sagrados: Destaca Panagia Portaitissa, con su festividad entre el 14 y 16 de agosto. También Panagia Flevariotissa, parcialmente en una cueva, y Panagia Poulariani, con una formación rocosa en forma de Virgen.
- Museo Arqueológico: En Pera Gialos, alberga hallazgos desde la prehistoria hasta la Edad Media.
- Necrópolis infantil de Kylintra: Sitio arqueológico único con más de dos mil entierros infantiles.

Playas de Astipalea: arena dorada y aguas turquesas
Playas de arena:
- Livadi: Familiar, con servicios y vistas al castillo.
- Maltezana (Analipsi): Tranquila y popular, con aguas poco profundas.
- Pera Gialos: A pasos de Jora, con tabernas y salidas de barcos.
- Psili Ammos: Aislada y virgen, perfecta para desconectar.
Playas de guijarros:
- Agios Konstantinos: Con vistas espectaculares y sombra natural.
- Vatses: Salvaje, remota y tolerante con el nudismo.
- Kaminakia: Una de las más hermosas, con taberna tradicional.
- Tzanakia: Pequeñas calas solitarias, con vistas a Jora.
Experiencias únicas:
- Plakes y Blue Harbour: Excelentes para snorkel.
- Agios Ioannis Richtis: Acceso a pie o por mar, muy aislada.
- Excursiones en barco: A islotes como Koutsomiti y Syrna, ideales para nadar.
Guía práctica
Cómo llegar:
- Avión: Vuelos desde Atenas (1 h) y Leros (25 min).
- Ferry: Desde el puerto del Pireo y otras islas del Dodecaneso y las Cícladas.
Dónde alojarse:
- Opciones para todos los presupuestos: desde estudios y hoteles boutique hasta villas.
- Zonas recomendadas: Chora, Livadi, Maltezana, y para tranquilidad, Vathy.