Hidra

Acercarse a la ciudad portuaria es como contemplar una pintura con colores grises, blancos y azules sobre el mar azul, reflejando un modelo de arquitectura y diseño. Situada en el centro de la isla, la ciudad está construida en la ladera rocosa, formando un anfiteatro alrededor del puerto y creando una armonía única entre la arquitectura y el entorno natural.

Al visitar Hidra por primera vez, se siente una magia que te envuelve. Quizás sea su arquitectura única y el encanto de la isla, o tal vez su rica tradición cultural. A ambos lados de la entrada del puerto se encuentran los bastiones con cañones que protegían Hidra en tiempos pasados.

En el lado izquierdo de la bahía, al oeste, está la estatua de A. Miaoulis, y a lo largo de la línea de costa se encuentra la Autoridad Portuaria, ubicada en una antigua polvorera de piedra. Junto al puerto, hay un edificio de mármol que alberga el Museo Histórico y de Archivos de Hidra, seguido por la casa Tsamadou, que alberga la famosa Escuela de la Marina Mercante. El primer camino desde aquí conduce al gimnasio y a la región de pinares del Monasterio de Agia Fotini.

El camino que comienza desde el centro del puerto lleva a Bueno Bueno, y luego asciende hasta el Monasterio del Profeta Elías y el Monasterio de San Eupraxia. En el centro de la bahía se encuentra la Catedral de Hidra, construida en 1648 y renovada en 1774. Originalmente funcionaba como el templo del Monasterio de la Asunción. Hoy en día, en el templo se encuentran el Ayuntamiento y el Museo de la Iglesia.

Más a la derecha del Monasterio de la Asunción, un estrecho y empedrado camino lleva a la ciudad vieja, Kiafa. Este camino pasa por el Hogar de Ancianos y luego lleva a Vlycho. Frente al monasterio se encuentra la plaza Pablo Kountourioti, con la estatua del político griego dominando el centro. Un camino empinado a la izquierda lleva a la Mansión Tombazis, que actualmente alberga la Escuela de Bellas Artes.

En el lado derecho del puerto, la carretera costera pasa por debajo de la Mansión Kountourioti, el Pabellón, la cueva y los molinos, y llega a la zona de Kamini. Una característica distintiva de la isla es la ausencia de vehículos, siendo los burros el único medio de transporte, lo que añade un encanto pintoresco a Hidra.

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El puerto de Hidra se llena diariamente de yates pequeños y grandes, barcos y cruceros. En la isla, podrás disfrutar de paseos románticos por sus estrechas y empedradas calles pintorescas. Hidra es famosa por ofrecer una vida tranquila durante el día, pero también una intensa vida nocturna cosmopolita. Hay bares, pubs y discotecas con música griega e internacional, y fiestas que duran hasta el amanecer.